Av. Centro Universitario 2501B Playas de Tijuana, Tijuana, B.C.
Fundación y Orígenes
Desde su fundación en agosto de 1982, el Colegio Ibero Tijuana ha sido un referente en la educación jesuita en la región. Iniciando con el Bachillerato de la Universidad Iberoamericana Noroeste en las instalaciones del Instituto Cuauhtlatóhuac, bajo la dirección del Padre Rodolfo Mendoza, S.J., el Colegio echó raíces en el corazón del centro de la ciudad de Tijuana con el firme propósito de brindar una formación integral basada en valores.
Etapas de Desarrollo Institucional
A lo largo de su historia, el Colegio Ibero Tijuana ha evolucionado constantemente para responder a las necesidades educativas de su comunidad.
Primer Traslado (1984)
En 1984, se realizó un importante traslado a Playas de Tijuana, lo que permitió fortalecer su identidad y mejorar el entorno académico.
Consolidación del Bachillerato (1983)
Con una estructura administrativa independiente desde 1983, y bajo la dirección del Padre Agustín Rozada R., S.J., el bachillerato experimentó un crecimiento significativo, consolidando su vinculación con la red educativa jesuita.
Nuevas Instalaciones (1987-1988)
En 1987 comenzó la construcción de su edificio actual, iniciando actividades en estas modernas instalaciones en 1988. Este avance marcó un hito en la infraestructura del Colegio.
Expansión Educativa: El Colegio Ibero Tijuana
En 2010, la Institución educativa amplió su oferta académica para incluir el nivel Secundaria, adoptando oficialmente el nombre Colegio Ibero Tijuana. Este cambio reafirmó su compromiso con la excelencia académica y su enfoque en la formación integral de sus estudiantes. Inspirado en los valores jesuitas, el colegio se distingue por su innovación pedagógica y su sólida misión educativa.
Legado Educativo
Con más de cuatro décadas de trayectoria, el Colegio Ibero Tijuana se ha establecido como un pilar en la educación Secundaria y Bachillerato en Baja California. Su capacidad de adaptarse a los desafíos del mundo contemporáneo, sin perder de vista su esencia jesuita, ha garantizado una formación integral que impacta positivamente a generaciones.